sábado, 8 de octubre de 2016

CORREN TODOS

La carrera del corredor atraviesa las más altas expresiones del espíritu del hombre, encarna la fuerza sin tiempo de los héroes, o la lucha contra los molinos de viento de los antihéroes. Porque la carrera no censura nada, no evita nada: atraviesa tanto la derrota como la victoria, va al encuentro de la felicidad y del dolor, lleva sobre sí la carga de una amplia gama de emociones.

Correr es como vivir, y cada cual tiene su vida: gloriosa, infeliz, larga, breve, solitaria, cuesta arriba o cuesta abajo.

Sólo una cosa es cierta: a través de la carrera se busca siempre forzar el límite de las propias posibilidades, o profundizar un poco más con el conocimiento del propio cuerpo y de la propia mente.

La carrera tiene los trazos de una escritura corpórea que hace que todo sea posible. En la carrera se lucha con las propias limitaciones y, mientras tanto, en el corazón más profundo del cansancio absoluto que anula las diferencias, se derriban muros de todo tipo, personales, sociales y culturales.

Y no importa que la carrera sea un arte que no utiliza lienzos o una escritura que no necesita palabras. Eso no la hace menos poética en absoluto. El cuerpo del hombre en movimiento teje de todas formas su red de palabras y consigue decir todo lo que tiene que decir.


Gaia de Pascale: "Correr es una filosofía".

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